lunes, 12 de abril de 2010

22

A 60 -kilómetros marcaba el tablero, como si estuviera contando los segundos que me quedan- .
Un pedazo de coco se ha quedado atorado en mi garganta. Intentaré aparentar el dolor que siento en ella y, sobretodo, intentaré no ver por el retrovisor para que nadie se de cuenta de que ya mi rostro se encuentra morado y que cada vez me cuesta más trabajo respirar.
Si toso fuertemente, seguro saldrá volando y sólo quedará un pequeño ardor que un trago de big cola sanará. Una y otra vez he tosido y nada. Algo extraño pasa y empiezo a perder el conocimiento y la persona que está a mi lado me habla y sólo escucho balbuseos y aparento y le respondo y no sé si mis respuestas son apropiadas o si se ha dado cuenta de que sólo la ignoro porque mi estertor ha bloqueado mis oídos.
Los mismos 60 kilómetros se han estancado en mi tablero, voy hacia adelante y manejo como siempre (defiendo los veinte años que tengo haciendo ésto). Chocaré en cualquier momento y todo terminará con un saldo de 4 personas y yo soy el único que sobreviviré pero ésta maldita molestia en mi garganta me va a matar antes.
¡¡¡Regresa!!! es el mismo dolor que siento en la garganta desde hace días y también lo aparento muy bien por mi retrovisor. Seguro no chocará, sólo quiero ponerle vértigo a mis tardes sin sentido.
¡¡Bajan en la esquina!!
Que siga la tarde como siempre...

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