En algún momento de nuestras vidas hemos deseado volar -será por la necesidad de sentirnos libres- y vemos hacia arriba y vemos a los pajarillos vuele y vuele....
El volar también tiene sus cosas extrañas; he visto volar no sólo pájaros en cables llenos de cochambre y postes de luz; esa película hecha de plastilina que cuando era más pequeña me insistió en que los pollos y las gallinas y eso no podían volar.
la modernidad no sólo nos pega a los humanos porque me parece que los animales están evolucionando y aprendiendo a volar también. puede que estén fabricando una catapulta que los impulse y así les sirvan de algo las alas. Es que imagínense ¡tener alas y no poderlas usar!
Una gallina en la ventana -hace algún tiempo en una casa ahora sólo recordada- resultó ser una cosa muy bizarra de verdad. Pues ahora sigo en la cuestión ésta de que los animales con alas están aprendiendo a volar -por si me había salido del tema-
y es que ¡crash!
acaba
de
caer
una gallina!
con todo impulso una gallina retegordeta, pinta y calló en medio de la calle. No venía volando, de eso estoy segura, salió de un árbol y como buzz laiyir (no fue intencional, no sé cómo se escribe)
¡calló con estilo!
y a nadie le extrañó, nomás yo me quedé con mi carota de asombro, es que ¡por dios es una gallina! y todos como si nada, como si volaran gallinas todos los días por la ciudad o por las ventanas de una casa ahora sólo recordada (¿ya lo había dicho verdad?).
Pero he visto también volar a una persona, casi como el hombre bala, pero un hombre culto y amante de los libros. El pasado sábado en una biblioteca -cuidada por una mujer muy gorda-, un muchacho entró por libros y salió corriendo con ellos y dicha mujer gorda no lo pudo alcanzar. oh! sí que voló ese joven. ¡agárrenlo que es ratero! pero nada, nadie lo alcanzó...
Nomás espero que no sean libros que necesite después.
(ustedes disculparán....
no son buenos los recesos)
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